Al momento de construir una vivienda, se debe tener en cuenta el tipo de sistema de tratamiento de las aguas servidas. En muchas ciudades, existe el sistema de cloacas, que toman los líquidos provenientes de la cámaras séptica para llevarlas hasta una planta de tratamiento. Sin embargo, existen muchos lugares donde no está disponible este servicio, lo que obliga a construir un pozo negro, o pozo ciego.
Existen varios tipos de pozos negros, dependiendo principalmente del terreno y de las características de cada zona. Entre ellos se encuentran los pozos entubados y los pozos absorbentes. Aquí hacemos una reseña de qué es un pozo absorbente y cómo es su funcionamiento.
Los pozos absorbentes tienen una característica muy importante y que lo diferencia de los pozos negros comunes, y es que se realizan con aros de hormigón. En algunos lugares o regiones estos pozos reciben el nombre de pozos calzados, por su método de construcción. Con respecto al funcionamiento de un pozo absorbente, este consiste en que a través de una perforación realizada a mano, se llegue al nivel freático o manto filtrante, donde los líquidos serán absorbidos fácilmente por el subsuelo. En la parte superior del pozo se coloca una tapa de hormigón armado, con un caño que sirve para vaciar el pozo en caso de ser necesario.
Para un correcto funcionamiento de este sistema de tratamiento de aguas servidas domiciliarias, es muy importante que en el terreno que contenga al pozo absorbente no se acumule agua de lluvia o de riego. Además, se debe rellenar de forma tal que se cree un cono, tanto en la parte superior del pozo como de la cámara séptica, a los efectos de que el agua caiga y escurra rápidamente lejos de estos sectores para evitar que se socave el terreno. En el caso que se llene el pozo o exista algún tipo de problema, lo mejor es realizar un desagote de pozo negro, llamando a una empresa especializada en ello.