Las aguas servidas de las casas que aún no poseen el servicio de cloacas, pasan primero por la cámara séptica, que filtra los sólidos para enviar los líquidos al pozo negro. En este lugar, se produce la última etapa en el proceso de tratamiento de las aguas negras, ya que la tarea del pozo ciego es la de descomponer naturalmente los residuos orgánicos de los líquidos y filtrar estos en el terreno.
Uno de los problemas que se originan con este sistema, es que a medida que pasa el tiempo, o por un mal cuidado en lo que se arroja al sistema (aceites, pinturas, jabones), éste se impermeabiliza, lo que evita que los líquidos pasen al terreno y el pozo se llene. Una vez ocurrido esto, las complicaciones son muchas, como por ejemplo, la salida de los líquidos cloacales al exterior, por lugares como el inodoro.
Cuando se conecta el sistema de aguas servidas de la casa a las cloacas, o por otras razones, es necesario deshabilitar el pozo negro. Por supuesto, lo primero que hay que hacer es vaciar todo su contenido. Para ello, lo mejor es llamar a una empresa que preste el servicio de desagote de pozo negro. Luego, una vez que esté totalmente vacío, se procede al relleno del mismo.
Para rellenar se puede tirar algo de escombro o cascotes pero no es bueno rellenarlo solo con eso. Es importante no poner maderas ni nada que se degrade como ser tierra negra o podas de plantas. Lo mejor es utilizar tierra arcillosa. La tierra que se usa para hacer ladrillos, es el relleno más económico y no deja espacios con aire como los cascotes, no se lava con las lluvias, ni con el agua de las napas. Se debe romper la boca del pozo lo suficiente para facilitar el volcado de la tierra con carretilla y el llenado se hace en el día. Es necesario poner una tapa de forma provisoria ya que con el tiempo bajará el nivel y habrá que rellenarlo un poco más. Algunas personas tapan el pozo y construyen inmediatamente arriba, encontrándose con la sorpresa de que se les hunde lo edificado cuando el relleno se asienta.