Lo primero que debemos hacer, es revisar de dónde surgen los malos olores. En primer lugar aclarar que normalmente el típico mal sólo puede provenir de la bajante. Es la única cañería que, conecta con la red general de cloacas o de tratamiento de aguas residuales. Otra cuestión es por dónde puede salir este olor. Generalmente es a través del resumidero, aunque puede que haya alguna rotura o grieta en cualquier parte que no esté protegida por un sifón.
Si este es al caso, debemos comprobar el estado de las juntas o si los sellados de masilla no están agrietados. El sifón es el mecanismo por el cual, gracias a la presencia permanente de agua en un punto determinado de la red de cañerías, se evita que el mal olor salga por desagües y resumideros.
La solución para los malos olores causados por sifones vacíos es dejar correr el agua unos segundos. Si el problema se repite con frecuencia, es muy posible que debamos cambiar el sifón por otro cuya curva tenga unas medidas lo suficientemente grandes como para que no sea fácil que se quede sin agua, o que el actual esté roto.
Antes este problema, llame a un especialista en destapar y desagotar cañerías. Con las máquinas y experiencia de la empresa, el problema quedará resuelto y se le dará el diagnóstico justo de lo que está produciendo los malos olores a través de las cañerías.