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¿Cómo reactivar un pozo negro?

El pozo negro es uno de los sistemas de tratamiento de aguas residuales más utilizados en las viviendas urbanas. Su construcción es muy simple, aunque debe estar autorizada por las entidades municipales de la ciudad y siempre supervisada por una persona con experiencia. Generalmente el diámetro del pozo ciego es de un metro por un metro con ochenta centímetros de profundidad, cuidando de no llegar a las napas subterráneas de agua, evitando que se contaminen. Por otro lado, el pozo negro debe estar alejado de la vivienda y poseer paredes porosas para que los residuos se filtren al terreno circundante, mientras en el fondo el lodo producido por las sustancias orgánicas sigan un proceso de descomposición natural.

A veces, por falta de limpieza y mantenimiento de la cámara séptica, las grasas pasan hasta el pozo negro. Esto es un problema grave, ya que el material que compone a las grasas impermeabilizan las paredes y el fondo del pozo, haciendo que este no filtre los líquidos y se llene, dejando de funcionar como tal.

Si esto pasa, no trates de vaciar y limpiar el pozo negro por tu propia cuenta, ya que es una tarea muy peligrosa, si se realiza sin el equipo ni la experiencia necesaria. Puesto que los gases y los líquidos en descomposición son propensos a ocasionar accidentes. Para desagotar un pozo negro lleno, lo mejor es llamar a una empresa de desagotes, los que con sus máquinas realizan el trabajo en cuestión de minutos.

Una vez terminado el proceso de limpieza del pozo ciego, es necesario reactivar el pozo, es decir, devolver a la construcción la capacidad de filtrar los líquidos hacia el terreno circundante, permitiendo la descomposición de los residuos orgánicos y evitando que se llene. Para reactivar el pozo negro, se utiliza un producto químico, cuyo nombre es, justamente, reactivador de pozos negros. Este producto tiene la capacidad de devolver la funcionalidad al mismo en cuestión de minutos, prolongando así su vida útil.