El pozo negro, también llamado pozo ciego, es una de las redes de desagüe más utilizada para el tratamiento de los líquidos cloacales en los domicilios particulares. Su funcionamiento es muy simple. Aunque, para cuidar que no se llene el pozo negro debemos tener en cuenta cómo es su funcionamiento.
En primer lugar, el pozo negro es, cómo lo dice su nombre, un pozo que se excava en la tierra. Este pozo recibe la descarga de los líquidos cloacales provenientes de la cámara séptica, en el caso de que la hubiera, o directamente desde los distintos lugares de la casa.
La función del pozo negro es permitir que las aguas provenientes de los desechos orgánicos se filtren en el terreno de manera gradual y que los sólidos pasen por un proceso de descomposición natural a causa del efecto de las bacterias.
Los pozos ciegos no deben tener ningún tipo de ventilación o salida al exterior. Sus paredes deben ser porosas para que los líquidos vayan a la tierra y reforzadas con piedras o ladrillos para evitar que se derrumbe. Para mayor seguridad, utilizar una tapa de hormigón para pozos negros y cubrirlo con varias capas de tierra.
Por supuesto, la ubicación del pozo negro debe ser lo más alejado de la casa y su profundidad no debe ser tanta que llegue a tocar una napa de agua subterránea, ya que en ese caso los líquidos contaminarían las aguas de la misma. En el caso de que se tape o llene el pozo negro, deberás llamar a una empresa de desagote de pozo ciego, nunca intentes hacerlo por tu cuenta, ya que es muy peligroso, debido a los gases que allí se acumulan y a los efectos de hacer esta tarea sin protección ni equipos adecuados para tal fin.