El inodoro es el artefacto que se utiliza en el baño para recoger y evacuar los excrementos y la orina humanos hacia la cámara séptica, el pozo negro o las cloacas, según corresponda a la instalación realizada en el lugar de su uso.
El funcionamiento del inodoro es muy simple. Consiste en una descarga de gran cantidad de agua en poco tiempo, lo que permite llevar el contenido del mismo a las cañerías que lo conducen a los destinos antes mencionados. Esta agua se aloja generalmente en un lugar denominado la mochila del inodoro, la cual consta de un flotante que mantiene el nivel óptimo del agua para cada descarga.
La instalación del inodoro se completa con un caño de desagüe en forma de codo, llamado sifón, lo que produce que quede agua en el interior del mismo, impidiendo así la entrada de malos olores desde las cañerías.
El sistema funciona muy bien en condiciones normales y es uno de los métodos menos contaminantes para evacuar los excrementos. Sin embargo, existen oportunidades en que se presentan problemas con el inodoro que no son fáciles de resolver y que necesitan de la presencia de especialistas que realicen el trabajo. Por ejemplo, si se tapa el inodoro, produce como consecuencia que el agua suba hasta el borde del mismo con cada descarga, en lugar de ser evacuada por el desagüe, esto generalmente se produce por la caída de algo sólido que obstruye el sifón.
Por otro lado, si sube el nivel del agua del resumidero cuando se activa la ducha o el lavatorio, seguramente el problema no es del inodoro, sino de una cañería secundaria. Además, cuando se tapa la cloaca, el agua del inodoro pasa bien con cada descarga, pero sube el agua del resumidero.